El ejercicio físico se refiere a cualquier actividad física que se realiza con el propósito de mejorar la salud, la condición física y el bienestar general del cuerpo. Esto puede incluir actividades como caminar, correr, nadar, levantar pesas, practicar deportes, hacer yoga o Pilates, entre otras.
¿Cómo empezar?
Si una persona nunca ha hecho deporte o ha hecho muy poco ejercicio físico, es importante comenzar lentamente y con precaución para evitar lesiones y maximizar los beneficios del ejercicio. Aquí hay algunos consejos para comenzar:
- Consulte con un profesional de la salud: Si está comenzando a hacer ejercicio después de un largo período de inactividad o si tiene alguna condición médica, es importante consultar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicios.
- Establezca objetivos realistas: Es importante establecer objetivos realistas para su nivel de condición física actual y trabajar gradualmente para mejorar su resistencia y fuerza. Por ejemplo, puede comenzar caminando durante 10 minutos al día y aumentar gradualmente la duración y la intensidad a medida que su condición física mejora.
- Encuentre actividades que disfrute: El ejercicio no tiene que ser aburrido o tedioso. Busque actividades que disfrute, como caminar, nadar, bailar o andar en bicicleta, para hacer que el ejercicio sea más divertido y sostenible.
- Aumente gradualmente la intensidad: Es importante aumentar gradualmente la intensidad de su entrenamiento para evitar lesiones y sobrecargas. Siempre comience con un calentamiento adecuado y estire después del entrenamiento.
- Descanse y recupérese adecuadamente: El descanso y la recuperación son importantes para permitir que su cuerpo se adapte al nuevo nivel de actividad. Asegúrese de dormir lo suficiente y permita que su cuerpo se recupere después del ejercicio.
- Sea constante: La constancia es clave para obtener los beneficios del ejercicio. Trate de hacer ejercicio de forma regular, estableciendo un horario y cumpliéndolo tanto como sea posible.
Recuerde que cada persona es diferente y tiene necesidades y capacidades únicas. Por lo tanto, siempre es importante escuchar a su cuerpo y ajustar su programa de ejercicios en consecuencia.
Cuando no hacemos ejercicio físico
La inactividad física puede tener serias consecuencias en nuestra salud, y muchas de ellas se manifiestan en diferentes sistemas del cuerpo.
- Una de las más importantes es la salud cardiovascular, ya que si no se estimula al corazón lo suficiente, puede debilitarse y provocar dificultades en la circulación sanguínea.
- Los músculos también se ven afectados por la inactividad, ya que pierden elasticidad y se vuelven rígidos, lo que puede afectar su capacidad para rendir adecuadamente
- Además, las articulaciones pueden sufrir daño si no se utilizan regularmente, aumentando el riesgo de artritis y lesiones.
Por último, la inactividad puede debilitar los huesos y aumentar el riesgo de osteoporosis, así como disminuir el calibre de los vasos sanguíneos, lo que dificulta la distribución de oxígeno a los músculos y otros tejidos.