Fotografia de Wemer Helber

Aquí os traemos un articulo extraído de una publicación del Ministerio de Sanidad en el que nos indica unas sencillas normas de higiene y conservación para evitar que microorganismos que existen en el entorno contaminen los alimentos y produzcan enfermedades que pueden llegar a ser graves, especialmente en niños, embarazadas, ancianos y personas enfermas

Las normas básicas a seguir para mantener la higiene de los alimentos y evitar que se contaminen son:

LIMPIEZA. Para impedir la propagación de los microorganismos a través de los utensilios y superficies usadas durante la preparación y almacenamiento de los alimentos.
  • Lavar las manos con agua caliente y jabón antes de preparar los alimentos y después de usar el baño o tocar animales domésticos.
  • Limpiar con agua caliente y jabón las superficies y los utensilios que contacten con los alimentos antes y después de usarlos.
  • Lavar los alimentos que se vayan a consumier crudos (verduras y frutas que se coman con piel). Se puede añadir al agua usado para lavar las verduras tres o cuatro gotas de lejia especial para desinfectar alimentos.
  • Mantener siempre limpio el frigorífico
SEPARACIÓN DE LOS ALIMENTOS CRUDOS Y COCINADOS: para evitar la contaminación cruzada que se produce cuando se propagan microorganismos de un producto alimenticio a otro.
  • Colocar en el frigorífico los alimentos frescos (carnes, pescados, verduras) separados de los que están ya preparados para ser consumidos.
  • No usar los mismos utensilios (platos, tablas de cortar, cubiertos) para alimentos cocinados y crudos.
COCCIÓN DE LOS ALIMENTOS: al cocer, freir o calentar, se eliminan los microorganismos presentes en los alimentos que pueden producir enfermedades
  • Si se usa el microondas para cocinar o calentar alimentos, hay que cubrilos para impedir que queden zonas frias donde puedan sobrevivir los microorganismos
  • Hervir las salsas, sopas o sobres de alimentos cuando se recalienten para consumirlos.
REFRIGERACIÓN Y CONGELACIÓN DE LOS ALIMENTOS: si se realiza inmediatamente después de su compra o preparación, las temperaturas bajas evitan que crezcan y se multipliquen los microorganismos que puedan estar presentes en ellos.
  • Refrigerar o congelar los alimentos perecederos, los ya preparados para consumir y la sobras de alimentos que se vayan a reutilizar, en un periodo máximo de 2 horas
  • No descongelar los alimentos a temperatura ambiente, se deben descongelar en el frigorífico o en el microondas.
  • Cuando se descongele un producto se debe cocinar lo antes posible y nunca se debe volver a congelar un alimento que se haya descongelado previamente.
  • No llenar demasiado el frigorífico para permitir una circulación apropiada del aire frio que mantenga los alimentos en buen estado de conservación.

Esperamos que os resulte de utilidad, aun siendo algo lógico no viene mal recordar, hasta pronto y cuídense

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